OutRun

<Nargond/240602>

Desarrollador: Sega | Año: 1986 | Plataforma: Arcade

Siempre he sido un fanático de los arcades de conducción, y esto ya viene de bastante lejos. Concretamente, desde que jugué al Out Run en una recreativa allá por el 88-89.

Fue absolutamente impresionante sentir la sensación de conducir… ¡un Ferrari Testarossa rojo descapotable con una rubia al lado! ¡lo nunca visto! Además, conducir por una carretera que tenía un ambiente absolutamente playero (palmeras, el mar, etc.) con esa magistral música de fondo (Magical Sound Shower!) y no menos impresionantes “efectos especiales” (las vueltas de campana que daba el coche en los accidentes, así como las “subidas y bajadas” de la carretera)… por supuesto, tenéis que pensar en mi situación de entonces, con apenas 10 años: tenia mi correspondiente colección de coches en miniatura, entre los que figuraba este Ferrari en concreto; y que lo mejor que había visto en juegos de coches era el Pole Position… Resumiendo, una enorme impresión visual (yo la compararía a la impresión que me causó el ver el paso del género a las 3D, o quizá mas).

OutRun

Al poco tiempo (año 91) me regalaron mi queridísima Megadrive, junto con el Sonic y el Castle of Illusion… pues bien, después de mi intento de comprarme un matamarcianos (lo mío con estos juegos debe ser genético) (digo intento porque no tenía ninguna revista en la que basarme, así que me lo compré mirando las carátulas… dude entre el Herzog Zweii y el F22 Interceptor, y al final cayó este último!), justo después, fui directamente a por el Out Run. Hombre, cuando lo vi, quizá lo recordaba un poco mejor (no puedes pedir que un juego de consola sea tan bueno como una recreativa, aunque probablemente también lo había idealizado un poco). El caso es que al ponerme a jugar se me olvidó todo. Ir a 280 Km/h por una autopista al lado del mar en un Ferrari rojo con una rubia al lado, es una experiencia impagable. Pero sigamos con el comentario de la versión arcade.

Jugablemente, ningún juego de éste genero (2D de perspectiva trasera) me ha ofrecido lo que ofreció Out Run. Básicamente, es exactamente el mismo concepto que instauró el Pole Position… correr sin salirte de la pista (a menos que quieras arriesgarte a “accidentarte” contra una palmera) y esquivar el tráfico lento para llegar al “Check Point” antes de que se agote el tiempo. Pero la diferencia estriba tanto en su profundidad jugable como en la diversidad del desarrollo del que hace gala. Vayamos por partes:

El control es muy básico: volante, marcha corta o alarga y acelerador y freno. Para arrancar, se usa la marcha corta, y cuando se llega a cierta velocidad se pasa a la larga para conseguir la velocidad máxima. Pero aquí entra la habilidad de Sega para hacer de lo sencillo auténticas maravillas. El apartado jugable (sin llegar a ser “profundo” tal y como entendemos ahora ese concepto) está increíblemente bien medido. El juego es muy preciso en cuanto al control, y mucho mas abierto que los anteriores en posibilidades al tomar las curvas… soltar el acelerador o bajar a la marcha corta, o ambas cosas a la vez; con ciertas curvas cortas basta con un toquecito al freno (y quedar rozando las columnas, es un efecto increíble), y en las curvas cerradas mas largas (y repentinas) tanto frenar como bajar de marcha, para luego ir acelerando poco a poco, “contravolantear” en las curvas dobles, etc. Y lo mejor es que esto se va aprendiendo progresivamente, y a medida que se conoce el trazado y mejora nuestra habilidad, conseguimos avanzar por más tramos del juego. Si a esto sumamos que la dificultad de los trazados también está muy bien calculada, obtenemos una (si me permitís la expresión) “curva de aprendizaje” perfecta.

El desarrollo es muy sencillo. Básicamente, atraviesas un tramo del recorrido, y cuando llegas a su final, se abre una bifurcación que te permite escoger entre dos caminos completamente distintos. Esto, a priori no parece para tanto, pero lo que en realidad se consigue es que el juego tenga mucha mas vida debido a que hay multitud de caminos distintos a elegir y tramos para aprenderse, así como el aliciente de ver los 6 finales que tiene el juego (míticos ). Cada tramo tiene su correspondiente paisaje, todos muy exóticos y realmente agradables visualmente hablando. Lo que, por cierto, me lleva a hablar de los impresionantes efectos visuales que se observan en este juego… el scaling es casi perfecto y la sensación de velocidad es altísima, y se multiplica cuando en ciertos momentos “objetos decorativos” rodean y cubren la carretera (tipo columnas, arcos y similares), y cuando la carretera comienza a subir y bajar y a torcer hacia los lados incluso llega casi a marear en algún momento (todavía me pasa al jugar, jeje). Todo está cuidadísimo, tanto el escenario como los coches (y camiones) que nos rodean, llevándose la palma nuestro Ferrari (claro), con todo un catálogo de golpes y accidentes que sufrir (y disfrutar).

La música merece un apartado aparte. De hecho te dan a elegir entre tres canciones al inicio, y las tres son obras maestras de la música del videojuego. Las pistas son larguísimas (las mas largas que recuerdo en un juego de su época), con todo tipo de giros y variaciones por lo que no cansan (lo que a menudo ocurría en este tipo de juegos), y aportan al juego ritmo y un ambientazo inigualable. Ya han pasado a la historia.

Poco más tengo que decir. Nada, salvo que nadie debería pasar sin jugar a este mito viviente del mundo del videojuego. Y digo viviente pues los buenos arcades nunca mueren porque son infinitos… e incluso mejoran con el tiempo.

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